Seguimos con: El orgullo de la autosuficiencia

Devocional # 49    7 Febrero 2013
En este tema de la gracia, algunos de estos pensamientos son tomados del libro La Gracia Transformadora de Jerry Bridges
Seguimos con: El orgullo de la autosuficiencia
Hemos sido creados para depender de Él de un forma sencilla, como un niño depende de sus padres, pero desde la caída hemos tenido la inclinación a rechazar esa dependencia y el Señor sabe de esta tendencia humana, por algo le dijo a Israel a través de Moisés:Deuteronomio 8: 17 No vayas a decir en tu corazón: “Mi poder y la fuerza de mi brazo me han hecho ganar estas riquezas.” 18 Más bien, acuérdate del Señor tu Dios, porque él es quien te da el poder de ganar esas riquezas, a fin de confirmar el pacto que hizo con tus padres, como en este día.
“Mi poder y la fuerza de mi brazo…” Esta actitud de autosuficiencia es muy nociva para nuestra relación con Dios; al contrario de lo que ha dicho Pablo en el pasaje que estamos analizando 2 Corintios 12: 9Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Nosotros más bien tendemos a gloriarnos en nuestras fuerzas y ocultar nuestras debilidades, es donde el Señor permite en nosotros ya sea aguijones en la carne, crisis, decepciones que sufrimos por no lograr nuestras metas, traiciones, humillaciones, y en ciertos padecimientos físicos para llevarnos a aprender a depender de Él, y poder decir como el apóstol Pablo,…de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
Pablo no era un escritor en su torre de marfil escribiendo en su oficina con clima, sino que él escribió su propia y cruda experiencia que había experimentado en carne propia. Pablo había aprendido que la gracia de Dios era suficiente; que el poder de Dios a través del Espíritu Santo, lo sostendría en medio de los tormentos de su aguijón, en sus debilidades, en las afrentas, necesidades, persecuciones y angustias, Pablo experimentó una expresión muy concreta del amor de Dios al consolarlo y alentarlo a través del Espíritu Santo en medio de sus aflicciones. Por eso podía decir:Filipenses 4: 13 ¡todo lo puedo en Cristo que me fortalece!
Pablo no fue el primero de los escritores bíblicos que habló de la suficiencia de la gracia de Dios. Jeremías un profeta de Dios que sufrió grandes aflicciones y calamidades también pudo decir:Jeremías 3: 19 Tan amargo como la hiel es pensar en mi aflicción y mi tristeza, 20 y lo traigo a la memoria porque mi alma está del todo abatida; 21 pero en mi corazón recapacito, y eso me devuelve la esperanza. 22 Por la misericordia del Señor no hemos sido consumidos; ¡nunca su misericordia se ha agotado! 23¡Grande es su fidelidad, y cada mañana se renueva!. Jeremías ve la misericordia del Señor nueva cada día, pero el apóstol Juan enJuan 1: 16 nos dice Gracia sobre Gracia, llevándonos a imaginar que la gracia de Dios es como las olas del mar que viene una tras otra infinitamente, así el apóstol Juan nos lleva a pensar en la gracia de Dios en forma interminable a cada momento sobre nuestra vida.También Job, en medio de la desesperación y sufrimiento pudo decir:Job 23: 10 Pero Dios sabe por dónde ando; me pondrá a prueba, y saldré refinado como el oro.
Los testimonios del poder de Dios hecho perfecto en la debilidad humana no se agotan, a través del Canon Sagrado vemos los testimonios vividos por los escritores sagrados que a lo largo de los siglos han sido de consuelo y aliento para todos los llamados por Cristo y podemos decir como el salmista David:
Salmo 13:
¿Hasta cuándo, Señor?
¿Hasta cuándo me ocultarás tu rostro?
¿Te olvidarás de mí para siempre?
¿Hasta cuándo debo estar angustiado,
Y andar triste todo el día?
¿Hasta cuándo mi adversario me dominará?
Señor y Dios mío, mírame y respóndeme;
Ilumina mis ojos, y mantenme con vida.
Que no diga mi adversario que logró vencerme.
¡Se burlará de mí si acaso caigo!
Yo confío en tu misericordia;
Mi corazón se alegra en tu salvación.
Te cantaré salmos, Señor,
Porque tú siempre buscas mi bien.